Por Mariana Lara Palacios.
5. ¿Qué es lo que desea lograr con su investigación?
“Encontrar respuestas.” Responde rápidamente.
“Entender el pasado de la humanidad es importante para mí, sobre todo, el pasado y la historia de mi país, y por ende la de Mesoamérica y todas sus culturas, desde los olmecas, hasta los aztecas y los mayas cuya cultura perdura hasta el presente. También las culturas andinas me interesan mucho. La historia y la geografía me han fascinado siempre.”
6. Cuéntenos un poco sobre su última experiencia en Copenhague.
“Muy positiva. Fue una recompensa a mis largas horas de trabajo y un estimulante para seguir adelante.” No todos los días se tiene el privilegio de descubrir en un museo una colección, muy pequeña pero valiosa, que incluye pequeños textiles, piezas de papel amate y otros objetos, que se encontraron en los años 1960 en dos cuevas del Valle de Tehuacán, Estado de Puebla, México. “¡Imagínese, tener en las manos unos pequeños tejidos de algodón que fueron tejidos hace más de 525 años, antes de que América fuera descubierta! ¡Y que aún están en buenas condiciones! No solo los textiles son interesantes, también las piezas de papel, los objetos de cerámica o madera con mosaico, plantas y semillas. Bueno, ésto en sí es extraordinario, pero lo más interesante es investigar para qué fueron usados éstos objetos, además de conocer el contexto cultural y religioso dentro del cual se utilizaron.”
“Estudiando las crónicas coloniales del siglo XVI se pueden aprender muchas cosas sobre cómo funcionaban las civilizaciones de Mesoamérica antes de la llegada de los españoles.”
A la conferencia en Copenhague asistieron algunos arqueólogos mexicanos prominentes, que también presentaron los resultados de sus investigaciones sobre hallazgos en cuevas o incluso en el Templo Mayor de Tenochtitlán, México. Sobre lo cual reflexiona:
“¡Se imagina lo nerviosa que estaba! Sus reacciones fueron muy positivas, y tuve la oportunidad de establecer contacto con ellos para consultas. Fue muy gratificante para mi.”
7. Cuéntenos un poco sobre su experiencia como curadora y escritora. Acá hago énfasis en el libro del cual usted es editora junto a Mireille Holsbeke titulado “Los tejidos mayas: espejos de una cosmovisión” y “Tejidos mayas: el rostro de las palabras y los pensamientos tejidos” (catálogo), publicado por la Fundación Cholsamaj, Guatemala (2008). ¿Esto es parte de su investigación?
“Si, los libros son parte de mi investigación y el verdadero comienzo de un trabajo más estructurado y formal.
El punto de partida fue en el 2001, cuando la conservadora de las colecciones etnográficas de América en el antiguo Etnografisch Museum Antwerpen (Amberes) me invitó, como experta externa, para montar conjuntamente una exposición de trajes y tejidos mayas en su museo. Además de la planificación y definición de los objetivos de la exposición, hicimos un estudio preliminar y un viaje a Guatemala específicamente para esto. Luego vino la etapa de buscar prendas de vestir tradicionales mayas en varios museos europeos y con coleccionistas particulares en Bélgica y Holanda, quienes prestaron las piezas seleccionadas para mostrar en la exposición. Este trabajo, además de buscar autores para la publicación y escribir nuestros propios artículos nos llevó casi tres años. La exposición y la publicación en neerlandés e inglés vieron la luz en agosto del 2003 en Amberes.
Sólo en Bélgica se contaron 32,000 visitantes a la exposición, incluyendo grupos escolares! El interés fue tan grande que hubo que prolongarla tres meses y luego se llevó a Girona (Cataluña). Aquí vinieron más de 15,000 visitantes en un período de dos meses! La exposición se iba a trasladar después al Museo de América en Madrid, donde se iba a editar la publicación en castellano. Sin embargo, una tragedia nacional, el atentado en la estación Atocha en Madrid unos días antes de que la muestra se trasladara allí, y la consecutiva renuncia del gobierno central impidieron la realización de la exposición. El sueño de hacer la publicación en castellano para que fuera accesible en Guatemala, se esfumó.”
Unos años más tarde, el libro en inglés llegó a manos de varios lingüistas mayas que asistieron al Congreso de Mayanistas Europeos (WAYEB) en Bonn, Alemania. Y en mayo del 2008, la edición castellana vio la luz en Guatemala. El gran esfuerzo y excelente trabajo de los miembros de la Fundación/Editorial Cholsamaj hizo de este sueño una realidad. La mitad de la edición se distribuyó gratuitamente a organizaciones de mujeres mayas y a bibliotecas en los departamentos. Emocionada, Julia enfatiza: “El libro llegó finalmente a las manos de las mujeres tejedoras, aquellas que hacen que su tradición textil continúe viva desde hace más de dos milenios.”
“Los libros tratan sobre varios aspectos de la tradición textil maya: Desde el aspecto histórico, social, cultural y religioso, así como sobre la evolución de los trajes desde el siglo XIX hasta el presente. Mi artículo trata del simbolismo del traje, basándome principalmente en la bibliografía especializada sobre la cosmovisión mesoamericana y maya en particular. Y el último artículo, de Irma Alicia Velásquez Nimatuj trata sobre el uso del traje tradicional y el racismo en Guatemala.”
Cuando presentaron el libro en Guatemala, un año antes de la publicación, tuvieron una numerosa asistencia y una respuesta muy positiva del público. Particularmente, los mayas que asistieron a estas conferencias se mostraron entusiasmados por este reconocimiento para las mujeres mayas y su arte textil.
-”Usted debe saber que en Guatemala aún se piensa y se asegura que fueron los españoles, en los siglos XVI y XVII, quienes impusieron a los indígenas una indumentaria para poder distinguirlos, según la encomienda o el pueblo a los cuales ‘pertenecían’. Sin embargo, investigaciones posteriores realizadas por especialistas textiles del Museo Ixchel, han demostrado que no existe ningún documento en los archivos coloniales que afirme este hecho. Sí hubo ciertas imposiciones a las mujeres como la de cubrirse la cabeza para entrar a la iglesia, por ejemplo, o de que se les permitió a los indígenas principales el uso de prendas de vestir europeas, zapatos, etc., pero que se haya impuesto un traje completo diferente a cada comunidad, no solamente no es verídico, sino también muy poco probable dadas las circunstancias sociales, particularmente en el siglo XVI.”
“El libro llegó finalmente a las manos de las mujeres tejedoras, aquellas que hacen que su tradición textil continue viva desde hace más de dos milenios.”
8. ¿Cuál es el siguiente reto?
“Lo que el futuro me ponga en las manos. No lo sé. Solamente tengo la certeza de que aún me queda algo por hacer. Una cosa trae siempre otra, la cosa es empezar y el resto llega en el camino. Siempre ha sido así. Hay tantas cosas que se pueden hacer y que se tiene la posibilidad para hacerlas. Y ¿por qué no? A veces me digo, si yo no lo hago, nadie lo va a hacer. Razón de sobra para continuar, ¿no cree? Con esto no me voy a enriquecer. En algunas ocasiones mi trabajo ha sido remunerado, pero por lo general no ha sido así. Debo reconocer que sin el entusiasmo, el apoyo y el interés de mi esposo Guido Kayaert, nunca me hubiera sido posible lograr lo que he logrado. Gracias a él puedo permitirme afrontar los costos de viajes para asistir a conferencias o para comprar libros. Todo ésto es lo que hace que la vida sea infinitamente más interesante.
9. ¿Qué es lo que más extraña de Guatemala?
“Su maravillosa naturaleza, que espero pueda conservarse para las futuras generaciones.”
10. ¿Qué traje le ha impresionado más de Guatemala y por qué?
“¡Difícil de saber! Todos son distintos y cada uno tiene sus características propias. Son el producto de una larga tradición y todos son igualmente bellos. Sin embargo, hay que verlos no solamente con los ojos de la estética. Para apreciarlos en su verdadero valor y percibir ‘sus mensajes’, debemos conocer primero la cultura de donde provienen.”
5. ¿Qué es lo que desea lograr con su investigación?
“Encontrar respuestas.” Responde rápidamente.
“Entender el pasado de la humanidad es importante para mí, sobre todo, el pasado y la historia de mi país, y por ende la de Mesoamérica y todas sus culturas, desde los olmecas, hasta los aztecas y los mayas cuya cultura perdura hasta el presente. También las culturas andinas me interesan mucho. La historia y la geografía me han fascinado siempre.”
6. Cuéntenos un poco sobre su última experiencia en Copenhague.
“Muy positiva. Fue una recompensa a mis largas horas de trabajo y un estimulante para seguir adelante.” No todos los días se tiene el privilegio de descubrir en un museo una colección, muy pequeña pero valiosa, que incluye pequeños textiles, piezas de papel amate y otros objetos, que se encontraron en los años 1960 en dos cuevas del Valle de Tehuacán, Estado de Puebla, México. “¡Imagínese, tener en las manos unos pequeños tejidos de algodón que fueron tejidos hace más de 525 años, antes de que América fuera descubierta! ¡Y que aún están en buenas condiciones! No solo los textiles son interesantes, también las piezas de papel, los objetos de cerámica o madera con mosaico, plantas y semillas. Bueno, ésto en sí es extraordinario, pero lo más interesante es investigar para qué fueron usados éstos objetos, además de conocer el contexto cultural y religioso dentro del cual se utilizaron.”
“Estudiando las crónicas coloniales del siglo XVI se pueden aprender muchas cosas sobre cómo funcionaban las civilizaciones de Mesoamérica antes de la llegada de los españoles.”
A la conferencia en Copenhague asistieron algunos arqueólogos mexicanos prominentes, que también presentaron los resultados de sus investigaciones sobre hallazgos en cuevas o incluso en el Templo Mayor de Tenochtitlán, México. Sobre lo cual reflexiona:
“¡Se imagina lo nerviosa que estaba! Sus reacciones fueron muy positivas, y tuve la oportunidad de establecer contacto con ellos para consultas. Fue muy gratificante para mi.”
7. Cuéntenos un poco sobre su experiencia como curadora y escritora. Acá hago énfasis en el libro del cual usted es editora junto a Mireille Holsbeke titulado “Los tejidos mayas: espejos de una cosmovisión” y “Tejidos mayas: el rostro de las palabras y los pensamientos tejidos” (catálogo), publicado por la Fundación Cholsamaj, Guatemala (2008). ¿Esto es parte de su investigación?
“Si, los libros son parte de mi investigación y el verdadero comienzo de un trabajo más estructurado y formal.
El punto de partida fue en el 2001, cuando la conservadora de las colecciones etnográficas de América en el antiguo Etnografisch Museum Antwerpen (Amberes) me invitó, como experta externa, para montar conjuntamente una exposición de trajes y tejidos mayas en su museo. Además de la planificación y definición de los objetivos de la exposición, hicimos un estudio preliminar y un viaje a Guatemala específicamente para esto. Luego vino la etapa de buscar prendas de vestir tradicionales mayas en varios museos europeos y con coleccionistas particulares en Bélgica y Holanda, quienes prestaron las piezas seleccionadas para mostrar en la exposición. Este trabajo, además de buscar autores para la publicación y escribir nuestros propios artículos nos llevó casi tres años. La exposición y la publicación en neerlandés e inglés vieron la luz en agosto del 2003 en Amberes.
Sólo en Bélgica se contaron 32,000 visitantes a la exposición, incluyendo grupos escolares! El interés fue tan grande que hubo que prolongarla tres meses y luego se llevó a Girona (Cataluña). Aquí vinieron más de 15,000 visitantes en un período de dos meses! La exposición se iba a trasladar después al Museo de América en Madrid, donde se iba a editar la publicación en castellano. Sin embargo, una tragedia nacional, el atentado en la estación Atocha en Madrid unos días antes de que la muestra se trasladara allí, y la consecutiva renuncia del gobierno central impidieron la realización de la exposición. El sueño de hacer la publicación en castellano para que fuera accesible en Guatemala, se esfumó.”
Unos años más tarde, el libro en inglés llegó a manos de varios lingüistas mayas que asistieron al Congreso de Mayanistas Europeos (WAYEB) en Bonn, Alemania. Y en mayo del 2008, la edición castellana vio la luz en Guatemala. El gran esfuerzo y excelente trabajo de los miembros de la Fundación/Editorial Cholsamaj hizo de este sueño una realidad. La mitad de la edición se distribuyó gratuitamente a organizaciones de mujeres mayas y a bibliotecas en los departamentos. Emocionada, Julia enfatiza: “El libro llegó finalmente a las manos de las mujeres tejedoras, aquellas que hacen que su tradición textil continúe viva desde hace más de dos milenios.”
“Los libros tratan sobre varios aspectos de la tradición textil maya: Desde el aspecto histórico, social, cultural y religioso, así como sobre la evolución de los trajes desde el siglo XIX hasta el presente. Mi artículo trata del simbolismo del traje, basándome principalmente en la bibliografía especializada sobre la cosmovisión mesoamericana y maya en particular. Y el último artículo, de Irma Alicia Velásquez Nimatuj trata sobre el uso del traje tradicional y el racismo en Guatemala.”
Cuando presentaron el libro en Guatemala, un año antes de la publicación, tuvieron una numerosa asistencia y una respuesta muy positiva del público. Particularmente, los mayas que asistieron a estas conferencias se mostraron entusiasmados por este reconocimiento para las mujeres mayas y su arte textil.
-”Usted debe saber que en Guatemala aún se piensa y se asegura que fueron los españoles, en los siglos XVI y XVII, quienes impusieron a los indígenas una indumentaria para poder distinguirlos, según la encomienda o el pueblo a los cuales ‘pertenecían’. Sin embargo, investigaciones posteriores realizadas por especialistas textiles del Museo Ixchel, han demostrado que no existe ningún documento en los archivos coloniales que afirme este hecho. Sí hubo ciertas imposiciones a las mujeres como la de cubrirse la cabeza para entrar a la iglesia, por ejemplo, o de que se les permitió a los indígenas principales el uso de prendas de vestir europeas, zapatos, etc., pero que se haya impuesto un traje completo diferente a cada comunidad, no solamente no es verídico, sino también muy poco probable dadas las circunstancias sociales, particularmente en el siglo XVI.”
“El libro llegó finalmente a las manos de las mujeres tejedoras, aquellas que hacen que su tradición textil continue viva desde hace más de dos milenios.”
8. ¿Cuál es el siguiente reto?
“Lo que el futuro me ponga en las manos. No lo sé. Solamente tengo la certeza de que aún me queda algo por hacer. Una cosa trae siempre otra, la cosa es empezar y el resto llega en el camino. Siempre ha sido así. Hay tantas cosas que se pueden hacer y que se tiene la posibilidad para hacerlas. Y ¿por qué no? A veces me digo, si yo no lo hago, nadie lo va a hacer. Razón de sobra para continuar, ¿no cree? Con esto no me voy a enriquecer. En algunas ocasiones mi trabajo ha sido remunerado, pero por lo general no ha sido así. Debo reconocer que sin el entusiasmo, el apoyo y el interés de mi esposo Guido Kayaert, nunca me hubiera sido posible lograr lo que he logrado. Gracias a él puedo permitirme afrontar los costos de viajes para asistir a conferencias o para comprar libros. Todo ésto es lo que hace que la vida sea infinitamente más interesante.
9. ¿Qué es lo que más extraña de Guatemala?
“Su maravillosa naturaleza, que espero pueda conservarse para las futuras generaciones.”
10. ¿Qué traje le ha impresionado más de Guatemala y por qué?
“¡Difícil de saber! Todos son distintos y cada uno tiene sus características propias. Son el producto de una larga tradición y todos son igualmente bellos. Sin embargo, hay que verlos no solamente con los ojos de la estética. Para apreciarlos en su verdadero valor y percibir ‘sus mensajes’, debemos conocer primero la cultura de donde provienen.”