El juego democrático es un juego difícil y frágil. No se trata de tener ‘solamente’ un régimen parlamentario/representativo con un sistema de partidos políticos sólido, o de tener elecciones libres, transparentes e incluyentes. Se trata sobre todo de tener una ciudadanía informada y formada, crítica y exigente de sus derechos, de tener una cultura de debate y de inclusión, de tener instituciones públicas sólidas y transparentes al servicio de la ciudadanía y del pueblo.
Son sobre todo estos últimos elementos que hacen falta en países como Guatemala, que aún está en un proceso de transición de un país que conoció un conflicto armado interno largo, regímenes dictatoriales y militares, pero sobre todo una herencia política, económica, administrativa y cultural del periodo colonial y post-colonial que mantiene al país con altos grados de ignorancia y pobreza en todos los ámbitos: económico, social, político y cultural.
Quisiera comparar aquí nuestro país con la situación en la República Democrática del Congo (RDC). Ex-colonia belga que está desde el inicio de este año en un proceso electoral que ha hecho ya varios muertos y tiene el país en un estado de estallido social y político inminente. Participé a una mesa redonda donde acudieron representantes de plataformas ciudadanas congolesas (una plataforma de jóvenes congoleses quienes representan la mayoría de la población ya que la RDC es un país con una población muy joven) así como una plataforma de la diáspora congolesa (representando 8 millones de congoleses que viven fuera del país, sobre todo en Bélgica, Francia y Alemania). También estuvieron presentes representantes de ONGs belgas que tienen trabajo de ‘desarrollo’ en ese país así como el vice-ministro de relaciones exteriores belga y dos diputados belgas del partido socialista.
Fue interesante escuchar el debate y hacer la paralela con varios aspectos de la situación política en nuestro país no fue tan difícil…
La crisis política en la RDC es provocada actualmente por el deseo (oooh tan extraño!) del actual presidente Kabila de reformar la constitución congolesa para permitirle hacer un tercer mandato, lo cual esa misma constitución prohíbe. Aparentemente, debe ser una enfermedad contagiosa eso de querer aferrarse al poder ya que eso mismo están haciendo o pretendiendo hacer los presidentes de los países vecinos tales Burundi (donde la crisis ya explotó), Congo Brazzaville, Sudan y Uganda.
Al igual que en nuestro país, la RDC es un país donde los mandatarios electos ven al Estado y sus instituciones como piñata: llegan al poder para saquearlo y llenarse los bolsillos (de hecho, un señor que intervino, representante de una plataforma ciudadana que lucha por obtener elecciones limpias y transparentes tuvo un lapsus línguae bastante significativo: dijo en Francés: “les élus viennent remplir les ‘poches’, euh pardon, ‘les postes’ ”: ‘poches’ siendo bolsillos (vienen a llenarse los bolsillos) y ‘postes’ siendo puestos (a ocupar los puestos). Risadas en el público ni modo…
El estado congolés es verdaderamente un ‘estado fallido’ con altísimos niveles de corrupción y de clientelismo. Es uno de los países con los más altos índices de pobreza y de exclusión social. A la pregunta de los representantes belgas ‘¿Que esperan del estado Belga concretamente?’, responden los representantes de la sociedad civil congolesa en grandes líneas lo siguiente:
· Que vuelvan a financiar la sociedad civil (cortaron el dinero de la cooperación bilateral hacia la sociedad civil en el 2006 cuando el Congo tiene sus primeras elecciones ‘democráticas’ y todo el dinero de la cooperación bilateral se va al ‘fortalecimiento’ de la institucionalidad congolesa, a sabiendas de los altos niveles de corrupción. Por tanto, ese dinero se va en fortalecer la ‘corrupcionalidad’, ni más ni menos) porque como dicen ellos correctamente: ¿Para que organizar elecciones (por ejemplo) a nivel local si los ciudadan@s de la RDC ni saben para que sirve un alcalde o un gobernador? Necesitamos formar e informar la ciudadanía. Preguntamos medios para realizar procesos de formación ciudadana en primer lugar!
· Que Bélgica diga claramente ‘NO’ al tercer mandato del presidente actual, es decir, que apoyen la constitucionalidad del país (subentendiendo que no sigan la política exterior hipócrita donde priman los intereses económicos, comerciales y de extracción de materias primas del gobierno belga pero dicho en forma diplomática...)
· Que den apoyo técnico y financiero para que se cumplan elecciones limpias y transparentes en forma coordinada entre los diferentes donantes y sobre todo en coordinación con la sociedad civil organizada congolesa que es dejada de lado en este proceso de verificación.
· Y los representantes de la sociedad civil congolesa de advertir: “los jóvenes congoleses que conforman la mayoría de la población del país no tienen trabajo, no tienen visión de futuro, no tienen educación, no tienen esperanza! Se están radicalizando al islam el cual viene a darles respuestas a estos vacíos que sienten…La situación es explosiva y tendrá graves consecuencias, también para Europa por el terrorismo y las migraciones…”
¿Ven la paralela con Guatemala? Un presidente que se aferra al poder, una institucionalidad carcomida por los altos niveles de corrupción, una ciudadanía que no lo es, una cooperación que financia en su gran mayoría la ‘corrupcionalidad’ y no la constitucionalidad del país, una juventud sin trabajo y sin esperanza que se vierte a formar parte de las maras y sectas religiosas para llenar estos vacíos y si en lugar de Bélgica ponemos USA, la situación es idéntica sino peor ya que Guatemala sigue siendo el patio trasero de los gringos y nada se hace sin el consentimiento de ellos, etc.etc.etc.
En conclusión creo que también en Guatemala es imprescindible ir formando ciudadanía crítica, conocedora del sistema democrático, exigente de sus derechos ciudadanos y con ética en su accionar. Sin esto, rápidamente se puede caer en cooptación (que vergüenza con lo de Rigoberta Menchú y demás líderes guatemaltecos que han caído en esta trampa) y el movimiento social y popular que ahora sale a las calles y que tarde o temprano tendrá su agotamiento pero que sobre todo tendrá que realizar y liderar propuestas, no estará en la capacidad de hacerlo y de exigirlo. Si no se logra parar el proceso electoral (lo cual espero se logre pero se ve difícil), esta ciudadanía nuestra que no lo es verdaderamente por falta de formación e información, caerá de nuevo en procesos nefastos de clientelismo y de cooptación…algo que ya conocemos de sobra en Guatemala!
No pierdo la esperanza que ꜞOtra Guatemala es posible!