Por Donald Urízar
Quetzaltenango, la segunda ciudad en importancia en Guatemala y ubicada en el occidente del país, al igual que otras nueve convocatorias en todo el territorio nacional para volcarse a las calles el 16 de mayo se unió a otra jornada de protestas en el Parque a Centroamérica, de estilo neoclásico y escenario de diversos momentos históricos para Guatemala y Centroamérica.
Xelajú, vocablo mam — nombre adoptado por todos sus habitantes como propio — logró un precedente histórico: diez mil personas hicieron estremecer los cimientos de “La Ciudad de Los Altos”.
Desde #RenunciaYaXela logramos un impacto inaudito en la ciudad con la primera manifestación del 25 de abril.
Nadie había visto una convocatoria organizada desde redes sociales en Guatemala, la caída de la primera ex vicepresidente mujer de Guatemala Roxana Baldetti — ligada a procesos por defraudación aduanera por el Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala CICIG — hizo el parteaguas en la historia reciente del país y de Latinoamérica: salvo Villagran Kramer, ningún vicemandatario había renunciado en Guatemala por presiones del pueblo.
Gracias a ese precedente, al ver “resultados efectivos” derivado de las presiones sociales desde el 25 de abril, 1 y 2 de mayo y la posterior caída de Roxana Baldetti, jueces corruptos y abogados impunes se creó la expectativa de esta marcha. Radios locales, canales de televisión y programas de opinión hicieron despertar a mucha gente que el 25 de abril estaba escéptica: “nunca antes se había logrado nada al salir a las calles pacíficamente”.
¡Sin embargo, lo logramos! Y los políticos lo saben.
Tienen miedo.
Para muchos jóvenes — como nosotros — fue la segunda vez que salimos a las calles: no conocimos la represión de los 80´s ni sus repercusiones en el área urbana; FINALMENTE se comprendió que la resistencia pacífica es la única vía para incidir en la sociedad.
Familias completas, niños y niñas cargando sus propios carteles, sus propias impresiones de lo que debe ser Guatemala, líderes comunitarios, empresarios, asociaciones civiles, pueblos indígenas, iglesias de todas la denominaciones, sacerdotes mayas y sus representantes al unísono demostraban por segunda ocasión que el poder está en la gente, en las calles y en sus rostros ansiosos por justicia.
Los discursos expresados por Donald Urizar y Marielena Valverde — coorganizadores de #RenunciaYaXela — apuntaban a esa historia silenciada por las élites que llevaron a nuestro país al declive estructural. ¡Es imperativo educar desde estos espacios! Antonio Pérez, precursor de este movimiento en Xela expresaba — por su parte — cómo desde el 25 de abril volvía a confiar en nosotros, en Xela, en Guatemala, en otra realidad, en otro país.
Nuestro escenario improvisado frente a la Municipalidad de Quetzaltenango escuchó todo tipo de discursos de hermanamiento, de perdón de los mayores por la patria que nos heredaron, sobre políticos quetzaltecos y sus vejámenes.
Como sabemos, las demandas en el interior de Guatemala son diversas: desde un insulto a la memoria colectiva con la anulación de un Juicio por Genocidio, la minería, hidroeléctricas, corrupción y cacicazgos de alcaldes municipales, nepotismo y clientelismo; esa variedad salió a relucir entre los discursos de las personas que se expresaron ante el público.
La convocatoria no sólo fue histórica por la unión de todos los sectores que conforman Quetzaltenango: posiblemente fue la primera vez que los citadinos escucharon los clamores de los otros, producto del divorcio del sistema entre campo y ciudad, entre ciudad de Guatemala y el resto de los departamentos: por primera vez las fronteras espaciales se difuminaron en los vientos de la paz, aquella a la cual apelamos con estas gestas.
NO hubo acarreados, práctica habitual de los partidos políticos, ¡No hizo falta! La voluntad pudo más que el disfrute de un sábado en la celebración de la fundación de la ciudad de Quetzaltenango.
Alfredo Palmieri, representante de la Cámara de Industria, Aldo Herrera de Sacándole Brillo a Xela, Mario Aníbal González, Ofelia Ochoa de la USAC, Estuardo Miranda de la Asociación de Transportistas, representantes de los 48 Cantones, de la Unidad de Trabajadores de Quetzaltenango UTQ, Luis Huertas — entre tantos que pidieron la palabra — fueron algunas de las voces catalizadoras de lo que sucede en Quetzaltenango con sus políticos y qué esperamos a corto, mediano y largo plazo.
Todos nos preguntan: ¿Qué viene después?
Esta amalgama de preguntas son resultados de procesos truncados de transformación social en Guatemala. La concentración de los medios de producción, tierra, recursos naturales — entre otros — en pocas manos nos tienen de rodillas.
Gracias al descubrimiento de la evasión fiscal pudimos darnos cuenta: NO somos un país pobre, somos un país saqueado por las personas a quiénes les dimos la autoridad de regir nuestro destino.
Muchos exigen la renuncia del actual presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina — ex kaibil, acusado de ejecuciones extrajudiciales en la guerra interna, desfalcos al Congreso de Guatemala con Mercados de Futuro MDF y por quién piden la cabeza por sus implicaciones sentimentales con Roxana Baldetti — quién ha tratado infructuosamente de demeritar estas manifestaciones sociales.
Se hicieron las peticiones siguientes:
- Extinción de dominio para funcionarios públicos implicados en el caso de defraudación aduanera La Línea.
- El referéndum a la Ley Electoral y de Partidos Políticos.
- Una Asamblea Nacional Constituyente.
- Supresión de las elecciones generales del 6 de septiembre.
- Hacer públicas las declaraciones patrimoniales de los candidatos a cargos públicos y funcionarios (alcaldes, concejales y diputados)
- La NO reelección de funcionarios en los cargos.
- La penalización del transfuguismo.
Cerramos la actividad con una caminata alrededor del parque, después de cantar el Himno Nacional y Luna de Xelajú, la cual retumbó hasta el Teatro Municipal, según relatos de transeúntes que estaban por esas locaciones.
Estamos confabulando la construcción del país que merecemos, el país que queremos heredarle a las nuevas generaciones que tendrán qué contarle a sus hijos: “Todos nosotros salimos un 25 de abril y un 16 de mayo, vimos caer a los poderosos, respirando el viento de la justicia”
Por ahora pudimos abrazarnos, poner nuestros pasos en el lienzo de la hermandad que había sido roto, desgranado; disfrutar del calor humano que a pesar de la amenaza de lluvia, decidió quedarse reverberando en los muros de las columnatas del Parque a Centroamérica, testigo de las más cruentas batallas contra la emancipación del Occidente, nuevamente cómplice de ésta nueva gesta de reivindicación ciudadana.
No tenemos partido, tenemos conciencia.
#RenunciaYaXela.